¿Sueles comer pescado en casa o en restaurantes? ¿Vas a comprarlo tú? ¿Te fijas en la etiqueta para saber de dónde viene o los artes con los que se ha capturado? ¿Esta información te interesa? ¿Entiendes bien la etiqueta? Son muchas las preguntas que me he hecho antes de escribir este post.

 

Si hace tiempo que nos lees, ya sabes que, entre otros proyectos, realizamos bastantes estudios relacionados con la pesca artesanal en Canarias (nasascazonaltambor para morenas…). En este post queremos mostrarte lo importante que es leer la etiqueta de los pescados que compramos y por qué.

 

Seguro que, si eres de los que suele comprar el pescado para casa, ya sabes varios trucos para saber si es más o menos fresco o para que no te vendan “gato por liebre” con algunas especies. ¿Verdad?

 

En diciembre de 2014 cambiaron las normas relativas a las etiquetas que figuran en los productos de la pesca y de la acuicultura destinados a los consumidores de la UE y queremos hacer un repaso de los que se deben incluir y por qué te puede interesar revisarlos antes de comprar.

 

Lo que vamos a comentar es información obligatoria que debe aparecer en el etiquetado de todos los productos sin transformar y algunos de los transformados (como los productos salados y ahumados, los camarones cocinados y sin pelar), tanto envasados como sin envasar. Pero ten en cuenta que dichos datos se pueden ver complementados por información de carácter voluntario.

Información obligatoria y voluntaria del etiquetado de pescado.

Denominación comercial y nombre científico:

Estos alimentos deben mostrar tanto la denominación comercial del producto como su nombre científico. Ambas denominaciones deben corresponder con las que contiene la lista oficial elaborada y publicada en cada país de la UE.

¿Es necesario conocer los nombres científicos del pescado que queremos comer? Te puede parecer algo excesivo, pero no está de más. Sobre todo si a veces viajas y vas a comprar pescado en otras localidades. Los nombres comunes suelen cambiar, los científicos nunca. Por otro lado, por lo que he leído en otros artículos al respecto, existen experiencias de algunos establecimientos que intentan “engañar poniendo el nombre científico de la especie correctamente y en el nombre comercial ponen el que quieren que pienses que es. Recuerdo un día en un supermercado que vi que vendían tiras de pescado salado. El nombre científico del bacalao común, bacalao del Atlántico o bacalao de Noruega es Gadus morhua y en el paquete ponía «Bacalao (Molva molva)» que en realidad es la Maruca, un pescado de la familia del Bacalao (Familia Gadidae) pero con menor precio.”

Bacalao Vs Maruca.

Método de producción:

Debe mencionarse el método de producción utilizando los siguientes distintivos: «capturado…» o «capturado en agua dulce…» o «de cría…». Las mezclas de productos de la misma especie obtenidos con distintos métodos de producción deben especificar el método de producción de cada lote.

Si te preocupa el método de producción, estás de suerte, porque también es obligatorio informar al respecto. Aunque al principio había más gente reticente al consumo de pescado de acuicultura, hoy en día casi no hay preferencia en general. Respecto a sus propiedades organolépticas, deberíamos de ser expertos catadores para diferenciarlos. Si lo que te preocupa es la sanidad del pescado que consumes, es interesante saber que en acuicultura cobran especial importancia los aspectos sanitarios. La ventaja es que, al estar controlada la alimentación y el estado sanitario de los animales, la aparición de algunos problemas como el desarrollo de anisakis es muy poco probable. Obviamente, el pescado capturado también pasa sus exámenes sanitarios. Aunque, si hablamos de anisakis, venga de donde venga el pescado, más vale prevenir y seguir las indicaciones para su consumo.

Si lo que te preocupa es el impacto que puedan provocar los residuos de acuicultura (excrementos, comida sin ingerir, etc.) sobre el medio acuático y su sostenibilidad, es bueno saber que el impacto de esos compuestos, de manera general y si se realiza una buena gestión, se debe concentrar casi exclusivamente en el fondo marino bajo las jaulas. Así que lo que se debe hacer, para minimizar este impacto, es situar las instalaciones de acuicultura en lugares sin comunidades marinas sensibles, en zonas con la profundidad y las corrientes adecuadas, y realizar un seguimiento ambiental que incluya, entre otros aspectos, el análisis del sedimento y la dinámica de las comunidades marinas próximas para controlar el posible impacto ambiental generado por esta actividad. Además, es importante que la producción esté bien ordenada y planificada, de acorde a los estudios detallados, que deben incluir la posible “capacidad de carga del ecosistema”. Esta capacidad de carga determina la producción de toneladas de pescado, de las diferentes especies, que se pueden cultivar en las Zonas de Interés de la Acuicultura (recogidas en el Plan Regional de Ordenación de la Acuicultura (PROAC) recientemente aprobado en Canarias) sin generar un efecto negativo en el entorno.

Si te preocupa especialmente la sostenibilidad del pescado que consumes, es interesante fijarse en la zona de captura y en las artes de pesca, que comentaremos un poco más adelante.

Zona de captura/País y masa de agua/País de producción:

En el caso de la pesca marítima, la zona de captura es la zona, subzona o división FAO en la que se ha pescado el producto.

Los productos pesqueros procedentes del Atlántico nordeste, el Mediterráneo y el mar Negro deben indicar el nombre de la subzona o división, así como un nombre fácil de entender para el consumidor, o bien un mapa o un símbolo. Esto sustituye al nombre de la zona. En los demás casos solo es necesario indicar el nombre de la zona.

Como esto puede ser un poco lioso y, dependiendo de la pescadería, se limitan a poner la zona FAO, no viene mal que sepamos la localización de las mismas.

Principales áreas de pesca de la FAO.

Desde estos enlaces puedes descargar el listado de las zonas FAO y el mapa anterior. Si quieres información más detallada de las zonas, te dejamos este otro enlace del Departamento de Pesca y Acuicultura de la FAO.

En el caso de la pesca en agua dulce es necesario especificar el nombre de la masa de agua (río, lago, etc.) y el país en el que se ha capturado el producto. El pescado de cría (acuicultura) debe mostrar el país de producción.

Como comentábamos en el punto anterior, si te preocupa la sostenibilidad pesquera este es uno de los datos que debes tener en cuenta. Simplemente teniendo en cuenta que la pesca artesanal local es más sostenible que la pesca industrial, busca el pescado capturado lo más cerca posible de la zona de compra. Por un lado, el pescado artesanal local es más fresco y de temporada, por otro lado, las capturas que tienen que recorrer menos distancia entre la zona de captura y la pescadería tienen menor huella de carbono (emiten menos CO2)

Indaga en tu localidad si los pescadores artesanales y la administración se han organizado para poner sus capturas una etiqueta especial que certifique que se trata de pescado artesanal local. Por ejemplo, en Tenerife, el Cabildo ha creado una marca de ‘Pesca artesanal’ que puedes ver en puntos de primera venta y algunas pescaderías.

Marca de ‘Pesca artesanal’ del Cabildo de Tenerife.

Artes de pesca:

En el caso de la pesca marítima o de agua dulce se debe mencionar el arte de pesca utilizado para la captura, de acuerdo con una de las categorías de artes de pesca siguientes: «redes de tiro», «redes de arrastre», «redes de enmalle y similares», «redes de cerco y redes izadas», «sedal y anzuelo», «rastras» y «nasas y trampas».

Artes de pesca (FEDEPESCA).

Al igual que con el punto anterior, este es otro de los datos que debes tener en cuenta si te preocupa la sostenibilidad pesquera. No todos los métodos y los artes de pesca son igual de respetuosos con el medio, tienen el mismo número de descartes, etc. A continuación te dejamos un cuadro de la FAO donde se estiman los efectos de diferentes artes de pesca y se califican de menos a más sostenible. Tienes información más detallada en esta página de la FAO o en esta Guía técnica sobre Artes de Pesca de FEDEPESCA.

Estimación generalizada de los efectos de la pesca sobre el ecosistema de los diferentes métodos de pesca – en una escala del 1 (no favorable) al 10 (favorable) con respecto a los diferentes factores relacionados con el ecosistema.

De todas formas, ten en cuenta que esta es una estimación generalizada y que la sostenibilidad de los artes de pesca no depende únicamente del método usado, también hay que tener en cuenta la zona, la estacionalidad, cómo la usa el pescador, la especie objetivo, etc. Así que, si te preocupa mucho este tema, será mejor que busques estudios de diferentes artes de pesca en tu zona.

Descongelado:

La etiqueta debe mencionar si el producto ha sido descongelado. En el caso de los productos envasados esta información debe acompañar la denominación del alimento. En el caso de los productos no envasados, no es necesario que la información figure junto a la denominación del alimento, pero debe indicarse en los tablones o carteles.

Esta información no es necesaria en los productos de la pesca y la acuicultura que:

• son ingredientes que contiene el producto acabado;

• han sido previamente congelados por motivos sanitarios;

• han sido descongelados antes de aplicar tratamientos tales como el ahumado, salazón, cocción, escabechado, secado, o una combinación de ellos;

• son alimentos para los que la congelación es una fase del proceso de producción técnicamente necesaria.

¿Por qué dar esta información si estoy comprando pescado fresco? Mucha gente cree que comprar un pescado fresco significa que está recién pescado, pero en algunos casos no es así; ni en el caso de los filetes que se venden en bandejas ni en el pescado que compramos en un mostrador al corte. Por eso es importante que esta información aparezca en la etiqueta.

Si indica que ha sido descongelado ¿debemos consumirlo lo antes posible y, preferiblemente, no volver a congelarlo? Aunque está muy extendida la idea de que resulta peligroso volver a congelar la comida una vez descongelada, solo se trata de una leyenda urbana sin fundamento científico. La realidad es que los alimentos se pueden volver a someter a muy bajas temperaturas sin que su consumo posterior atente contra nuestra salud… pero, ojo, siempre y cuando los hayamos mantenido lo suficientemente fríos (para que los microorganismos no proliferen con rapidez). Por el contrario, si la comida congelada pasa más de dos horas fuera de la nevera, o más de una hora por encima de los 32ºC de temperatura, es mejor que no vuelva al congelador. Igualmente, debemos tener presente que las propiedades organolépticas del pescado muy probablemente empeorarán si se vuelve a congelar.

Fecha de duración mínima y fecha de caducidad:

La fecha de la duración mínima del producto corresponde a la fecha que va precedida por las palabras «consumir preferentemente antes del…» o «consumir preferentemente antes del fin de…».

Todos los productos envasados que no sean muy perecederos deben indicar la fecha de duración mínima con las palabras «consumir preferentemente antes del…». Por el contrario, los productos muy perecederos deben mostrar la fecha de caducidad.

En el caso de todos los productos no envasados, los que se envasen para su venta inmediata y los que se envasen a solicitud del consumidor en el lugar de la venta, los países de la UE pueden adoptar normas a nivel nacional para regular si tales productos deben presentar la fecha de duración mínima o la de caducidad.

En el caso de los moluscos bivalvos vivos se puede sustituir la fecha de duración mínima por la indicación «estos animales deben estar vivos en el momento de su venta».

Por salud, si no tienes mucha costumbre de comprar pescado y no puedes reconocer la frescura debes fijarte en la fecha de desembarco. Salvo fraude, que está muy controlado y es muy raro, la fecha de desembarco suele ser fiable. De esta forma sabrás el tiempo que tiene el pescado que vas a comprar.

Alérgenos:

Los productos envasados deben incluir en la lista de ingredientes una referencia clara al nombre de cualquier alérgeno que puedan contener. Esta referencia debe resaltarse tipográficamente (por ejemplo, con distinto tipo de letra o con un color de fondo diferente), de forma que se distinga claramente del resto de la lista de ingredientes.

Esta información es también preceptiva para los productos no envasados, los que se envasen para su venta inmediata y los que se envasen a solicitud del consumidor en el lugar de la venta. No obstante, los países de la UE pueden adoptar medidas a nivel nacional sobre la «manera» en que debe presentarse esta información. Si no existe una lista de ingredientes, la presencia de alérgenos debe indicarse así: «contiene…». Lógicamente, esto no es necesario si el nombre del alimento alude claramente a uno o varios alérgenos.

Esperamos que este pequeño repaso te ayude a comprender mejor la información de la etiqueta del pescado y, además, que te sea de utilidad a la hora de consumir pescado más sano y sostenible. Aquí tienes el texto completo sobre el etiquetado de la Comisión Europea: «Guía de bolsillo sobre las nuevas etiquetas de la UE para los productos de la pesca y de la acuicultura».

También te dejamos aquí el enlace para acceder a la Guía de pescado para un Consumo Responsable de WWF, donde podrás consultar el estado de las diferentes pesquerías a nivel mundial.


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