«Según todos los estudios, la brecha de género en los sectores de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM) persiste desde hace años en todo el mundo. A pesar de que la participación de las mujeres en las carreras de grado superior ha aumentado enormemente, estas todavía se encuentran insuficientemente representadas en estos campos.
La ciencia y la igualdad de género son vitales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), incluidos en la Agenda 2030. En los últimos 15 años, la comunidad internacional ha hecho un gran esfuerzo inspirando y promoviendo la participación de las mujeres y las niñas en la ciencia. Sin embargo, ellas se siguen encontrando con barreras que les impiden participar plenamente en esta disciplina.
En la actualidad, menos del 30% de los investigadores en todo el mundo son mujeres. Según datos de la UNESCO (entre 2014 y 2016), solo alrededor del 30% de todas las estudiantes escogen estudios superiores dentro del campo de las ciencias, la tecnología, la ingeniería y matemáticas (STEM). A nivel mundial, la matrícula de estudiantes femeninas es particularmente baja en tecnología de la información y las comunicaciones (TIC), con un 3%; ciencias naturales, matemáticas y estadísticas, con un 5% y en ingeniería, manufactura y construcción, con un 8%.»
Actualmente, los datos en España son más esperanzadores. Según la última Estadística de Indicadores Universitarios 2018 del Ministerio de Educación, con datos del curso 2016-17, el porcentaje de alumnas de nuevo ingreso fue mayor en todas las ramas del conocimiento, aún así, en Ciencias hubo un 47,7% de mujeres frente a hombres, en Informática un 12,1% y en Ingeniería, Industria y Construcción un 26,2%.
Con estas cifras en mente y con el fin de lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas, y además para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, en 2015 la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió proclamar el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.
Para escribir este artículo he querido preguntar a mis compañeras de trabajo, casi el 50% de la empresa (aunque, en ocasiones y según los proyectos, la proporción ha sido muy superior) cómo ha sido su experiencia y si animarían a otras chicas a adentrarse en el campo de las ciencias, la tecnología, la ingeniería y matemáticas (STEM):
– Myriam Rodríguez: Bióloga Marina.
– Eva Ramos: Bióloga Marina.
– Amaya Miguel: Ingeniera Técnica Forestal.
– Desiree Martín: Técnica de laboratorio (Indrops).
Para todas ellas la elección de sus estudios ha sido absolutamente vocacional. Han estudiado lo que querían porque les llamaba la atención, sin fijarse en si socialmente esos estudios se habían atribuido más a los hombres o a las mujeres. Y esto es lo más importante, estudiar lo que te gusta y la pasión que vas a poner en tus estudios y en tu labor profesional. Todas ellas han avanzado por la vida sin importarles realmente si existían estereotipos o prejuicios, porque quizá, la mejor forma de tumbarlos es seguir de frente y pasar por encima de ellos. Se podría decir que ellas y muchísimas otras mujeres que han estudiado en el campo STEM, paso a paso, han ido abriendo un poco más el camino para que otras niñas transiten más cómodas por él.
Desde Centro de Investigaciones Medioambientales del Atlántico, S.L. (CIMA) sabemos que el movimiento se demuestra andando o, como escribió Antonio Machado:
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
Creo que representa claramente el reto que tenemos en el presente y en el futuro cercano.
Estudios recientes sugieren que el 65% de las niñas que ingresan hoy a la escuela primaria tendrán empleos que aún no existen. Esto quiere decir que, en muchos casos, ellas mismas tendrán que abrir una nueva senda por la que avanzar en campos técnicos y científicos. Y no solo eso, tendrán que ayudar a que sea transitable para todas, libre de estereotipos y prejuicios desde el principio. Obviamente esta no es una responsabilidad únicamente de ellas, sino de todas las personas que estudiamos y trabajamos actualmente, que formamos una sociedad y que sabemos, además, que lo realmente importante para dedicarse a algo es que te guste, o mejor, que te apasione. Porque la profesionalidad no tiene nada que ver con el género, sino con la persona, la preparación y la pasión por el trabajo y las cosas bien hechas.
Para terminar, me gustaría añadir algunos de los mensajes que mis compañeras han querido compartir conmigo, con todas vosotras:
«No hay carreras para chicas o para chicos. NO hay ni que plantearse si podré ser Astrofísica porque soy una chica o enfermero porque soy un chico. Todos somos capaces de hacer una cosa u otra. Solo hay que elegir bien lo que se quiere estudiar porque (con suerte) estarás más de media vida trabajando en eso y tiene que ser algo que te apasione.»
«Que estudien lo que quieran, que hoy en día ya no hay tanta diferencia.»
«Que no duden en estudiar lo que les gusta y les apasiona. No debemos tener miedo a dedicarnos a lo que nos gusta porque sea más complejo o la sociedad crea que es más de chicos, todo lo contrario, cuantas más seamos dedicándonos a esto y a lo que nos gusta realmente, más conseguiremos que las condiciones entre ambos sexos en este ámbito se igualen. Hay que luchar y perseguir los sueños sin dejar que nos limite la sociedad.»
«Cada uno en su vida tiene que hacer lo que le guste y apasione, da igual la rama profesional a la que quiera dedicarse. Las dificultades dependen de cómo se las plantee cada uno, así que yo creo que lo importante es la actitud y las ganas con las que te enfrentes a ellas, da igual si eres hombre o mujer.»
Durante este mes, podrás disfrutar de muchas actividades para celebrar este día. Busca en la web de ’11 de Febrero’ la más cercana a tu localidad.
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