Varios son los motivos que nos han apartado temporalmente de nuestro blog, pero aquí estamos de nuevo, preparados para darte más información sobre nuestros proyectos y otras informaciones relevantes que encontramos.

En nuestro primer post de 2020 queremos contarte sobre un nuevo proyecto de la Viceconsejería de Lucha Contra el Cambio Climático del Gobierno de Canarias, que ha contratado a CIMA para su ejecución, que comenzamos a finales de 2019 y que nos mantendrá ocupados todo 2020: “Estudio de las amenazas por Lyngbya majuscula en praderas de Cymodocea nodosa del sur de Tenerife”.

Las praderas de fanerógamas marinas realizan una gran variedad de funciones y servicios esenciales para los ecosistemas costeros, entre los que destacan su capacidad para fijar carbono y mitigar los efectos de las emisiones de CO2, su función de protección frente a la erosión costera, mediante la reducción de la hidrodinámica y la acumulación de sedimento, y como guardería de diferentes especies de interés pesquero. (Tienes más información sobre estas praderas y su importancia en este artículo y en algunos de estos vídeos).

Los sebadales son importantes como guarderías de diferentes especies marinas. Foto propia.

Sin embargo, a pesar de la importancia de las funciones que realizan en los ecosistemas, se encuentran en franca regresión a nivel mundial, con una disminución del 0,9% de su superficie cada año. Estas tendencias son más evidentes en escalas temporales mayores, con un 29% de pérdida de cobertura a lo largo del período 1879 y 2006, y un 7% de regresión desde 1990. Esta regresión es debida fundamentalmente a las actividades humanas, entre las que destacan la contaminación del agua, el incremento de la turbidez y la eutrofización, los trabajos costeros y el daño físico directo sobre las praderas, como los fondeos de las embarcaciones.

En el archipiélago canario se encuentran presentes tres especies de fanerógamas marinas, Zostera noltiiHalophila decipiens y Cymodocea nodosa. La primera de ellas (Zostera noltii) se encuentra acantonada en un sector costero muy limitado, en la franja de Arrecife (Lanzarote) donde su supervivencia se encuentra amenazada por el incremento de las presiones antropogénicas en la zona (playa artificial, contaminación, etc.). La fanerógama Halophila decipiens se distribuye a lo largo de las islas occidentales del archipiélago (El Hierro, La Palma, La Gomera) y las dos islas capitalinas (Tenerife y Gran Canaria), aunque es posible que se encuentren poblaciones de esta especie tanto en Lanzarote como en Fuerteventura que hayan pasado desapercibidas por los buceadores debido a su pequeño porte (3 cm). Cymodocea nodosa es la fanerógama más abundante en las Islas Canarias, con registros en todas las islas del archipiélago, que se distribuye principalmente por las costas de Sotavento llegando a formar extensas praderas en las islas occidentales (Lanzarote y Fuerteventura), así como en el Sur de Gran Canaria y Tenerife.

En los últimos años se han llevado a cabo estudios que evidencian tendencias regresivas de las praderas de Cymodocea nodosa en Canarias. En ellos se observa una correlación negativa entre el deterioro de las praderas de esta fanerógama marina y el número de vertidos (aguas residuales y salmuera) y puertos (deportivos y comerciales). También se ha observado que una de las posibles causas recientes de esta disminución de la cobertura de haces de C. nodosa es la presencia de la cianofícea Lyngbya majuscula, que llega a provocar la muerte de la fanerógama por asfixia.

Los sebadales se ven sometidos a diferentes presiones antropogénicas y naturales.
Imagen: Guía de buenas prácticas en las Zonas Especiales de Conservación de ámbito marino de Canarias”.

Los aumentos globales de las poblaciones humanas han incrementado la frecuencia y la magnitud las floraciones de algas nocivas (HAB) como resultado de aumento de la eutrofización. La aparición y la densidad de las floraciones pueden depender del tipo y disponibilidad de nutrientes, de la densidad de herbívoros o alimentadores de suspensión, así como de la hidrodinámica local. Los HAB han producido daños sobre las praderas de fanerógamas por crecimiento excesivo y asfixia de las plantas, provocando una menor disponibilidad de luz y disminución en las tasas fotosintéticas. Por lo tanto, la gravedad de las HAB está fuertemente relacionada con pérdidas o regresiones de las praderas de fanerógamas marinas.

Lyngbya majuscula es una especie potencial formadora de HAB en los ecosistemas marinos y está aumentando en frecuencia desde principios del s.XXI. Las floraciones de esta cianofícea han causado disminuciones en la biomasa de praderas de fanerógamas marinas, atribuibles a la reducción de luz, aunque el alcance de la disminución es muy variable entre las especies de fanerógamas. Estas reducciones en la luz pueden ser un factor clave que afecta a la distribución de estas plantas. Debido a su alto requerimiento de luz, las praderas de fanerógamas marinas pueden ser sensibles al sombreado de estos blooms de cianobacterias. También se ha demostrado que tiene efectos adversos en humanos, con irritaciones severas de la piel y los ojos, y dificultad de las funciones respiratorias.

L. majuscula es una cianofícea filamentosa cuyo crecimiento puede asfixiar a las sebas. Foto propia.

Este efecto de L. majuscula sobre la biomasa de las praderas de fanerógamas parece ser específico de cada especie y, en el caso de las praderas de Cymodocea nodosa, actualmente no existen estudios sobre estas interacciones. De manera que, en Canarias, las implicaciones ecológicas de la colonización de esta cianobacteria en extensiones importantes de las praderas de sebas son prácticamente desconocidas.

En la actual asistencia técnica al Gobierno de Canarias, estamos estudiando unas praderas específicas de Cymodocea nodosa en las que se observó, a finales de verano de 2019, un crecimiento masivo de Lyngbya majuscula. Dentro de las mismas, hemos instalado una serie de parcelas de 1 m2 donde, periódicamente, realizamos un muestreo del estado del sebadal.

Muestreo del estado del sebadal. Foto propia.

Además de observar las praderas, se están midiendo diferentes datos físico-químicos del agua que las baña y del sedimento. Todos los datos obtenidos los estamos analizando para ver qué provoca en Tenerife estos blooms de L. majuscula y hasta qué punto (y cómo) afectan a las praderas de C. nodosa estudiadas. En base a los datos obtenidos y a las conclusiones extraídas de ellos, se plantearán posibles medidas de gestión al Gobierno de Canarias.


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